El sol siempre está oculto,
detrás de cielos muertos.
Sangre entre fantasmas.
Un diablo, sonriente y eufórico,
persigue alguna desolación
algunos besos rotos.
Transita como las madrugadas.
Creo que los años se leen entre líneas
agotado de palabras,
asfixiado en argumentos,
en serviles explicaciones.
Buscando con los ojos cerrados,
una paz muerta.
Deseo algún chupete de fuego
que descanse abrazado junto a mi
que me entregue a otro infierno
para poder alejarme asustado.
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