lunes, junio 14

Noctàmbulo


Un encendedor cerrándose y abriéndose. Solo para volverse a repetir. Abriéndose para cerrarse. El sonido danza metálico y fatuo acompañando el crujir del vagón, una clave musical para sonámbulos viajantes.
Alguien escucha música con auriculares inalámbricos y se apoya en el marco de la ventana. Llora inmortalizando una romántica canción.
Una joven oprime sus anteojos leyendo un apunte, un libro o quizás un paquete de gomas saborizadas artificialmente.
Un tipejo de edad incierta cabecea al vacío, persignándose cruelmente ante la madrugada que astilla hasta las manos enguantadas.
Llega una estación, como una que vendrá y otra que había pasado, una entre tantas. Se abre la puerta pero fragmentada, contenida por una mecánica oxidada.
Alguien desciende.
Se desliza rápido, pareciera correr, un par de zapatillas con jean. Los asistentes, distraídos por cansancio o por civilizados, restan importancia a esos pasos que martillan acoplados a la música del encendedor. También sienten eso por la detonación y por el grito posterior.
Tan simple como un disparo en la noche.
La música continúa girando, la chica no pierde palabra y el encendedor insiste en abrirse para volver a cerrarse. O quizás se cierra solo para volver a abrirse.
Ellos miran las ventanas, enmarcando una búsqueda que no sabían estaban realizando.

La noche es únicamente para los vagabundos. Y para aquellos que pueden pasar a su lado, sin verlos.

miércoles, junio 9

Del este

El tiempo pasó. Pero el tiempo se divide en muchas corrientes. Como en un río, hay una corriente central rápida en algunos sectores y lenta, hasta inmóvil, en otros. El tiempo cósmico es igual para todos, pero el tiempo humano difiere con cada persona. El tiempo corre de la misma manera para todos los seres humanos; pero todo ser humano flota de distinta manera en el tiempo.

Lo bello y lo Triste - Yasunari Kawabata


jueves, junio 3

Sonatine


Yo me pertenezco, pero soy posesión tuya; siempre habrá un dueño, y soy yo mismo, pero vos me poseés. Te entrego todas mis personalidades, no por decisión, sino por un sentimiento, irremediable.

¿Entendés mi música? Mi fantasma me rasgó para que te deje pero..

Hoy me perteneces. Toda tu integridad es mía. Yo secuestré tu vida y latigué sobre tu alma, como vos
Apuñalaste la mía

Me recordaste aquél páramo, una ciudad de anémicos fantasmas

Lo estiro y lo quiero desmembrar,
Solo para asegurarme
...de que ya no es mío.

Mi sangre tiene dos sangres,
y las dos
te aman.

(Monólogo soñado en un depto de Caballito hace diez meses)